Oración de la tarde
Dios mío, ven en mi auxilio;
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…
Himno
A ti me vuelvo, gran Señor, que alzaste,
a costa de tu sangre y de tu vida,
la mísera de Adán primer caída
y adonde él nos perdió, Tú nos cobraste.
A ti, Pastor bendito, que buscaste
de las cien ovejuelas, la perdida
y, hallándola del lobo perseguida,
sobre tus hombros santos te la echaste.
A ti me vuelvo, en mi aflicción amarga
y a ti toca, Señor, el darme ayuda;
que soy cordera de tu aprisco ausente
y temo que a carrera corta o larga,
cuando a mi daño tu favor no acuda,
me ha de alcanzar esta infernal serpiente.
Amén.
Salmo 134 (I)
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor, porque es bueno;
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió prodigios y signos
–en medio de ti, Egipto–
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre…
Palabra de DiosSantiago 1,2-4
Hermanos míos: Teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega hasta el final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna.
Cristo nos amó y nos ha librado por su sangre. Cristo…
Cántico de María(Texto contraportada A)
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…
El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Preces
A Jesús, que vino a salvarnos y que manifestó su poder con palabras y milagros, digámosle:
R/M¡Ten piedad de nosotros, pobres pecadores!
Tú que curaste a la suegra de Pedro:MR/
Tú, que sanaste la vista del ciego Bartimeo:MR/
Tú, que caminaste sobre las aguas:MR/
Tú, que hiciste caminar a los cojos y oír a los sordos:MR/
Tú, que purificaste la piel de los leprosos:MR/
Tú, que eres el médico de los cuerpos y de las almas:MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
Antífona mariana(Texto página 21)
– Salve Regina –